add_filter( 'auto_update_theme', '__return_true' ); add_filter( 'auto_update_theme', '__return_true' ); {"id":31,"date":"2012-09-14T17:11:02","date_gmt":"2012-09-14T17:11:02","guid":{"rendered":"http:\/\/editorialuniversus.com\/?p=31"},"modified":"2012-09-14T17:11:02","modified_gmt":"2012-09-14T17:11:02","slug":"ventajas-y-desventajas-del-libro-electronico-frente-al-libro-en-papel","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/editorialuniversus.com\/informacion-general\/ventajas-y-desventajas-del-libro-electronico-frente-al-libro-en-papel.html","title":{"rendered":"Ventajas y desventajas del libro electr\u00f3nico frente al libro en papel"},"content":{"rendered":"

“\u00bfHay algo m\u00e1s desalentador que entrar a la casa de alguien y advertir que no hay, por ning\u00fan lado, una biblioteca?”. Algo as\u00ed se preguntaba un art\u00edculo reciente (que justo ahora no puedo recordar d\u00f3nde le\u00ed, pero seguro fue en la web). Y si bien entiendo la sensaci\u00f3n que pretend\u00eda evocar la pregunta, tambi\u00e9n es cierto que en ella palpita un planteo levemente anacr\u00f3nico: \u00bfy si el due\u00f1o de casa es alguien joven, un lector del nuevo siglo, que tiene cientos o miles de libros en su computadora, en su tablet, en su dispositivo de lectura electr\u00f3nico? Primer punto a favor del libro electr\u00f3nico: no ocupa lugar (y cualquiera que haya hecho m\u00e1s de una mudanza sabe lo que pesan los libros de papel y lo trabajoso que es rotular cajas para conservar el orden de las bibliotecas).<\/p>\n


\n\"\"<\/a>Aunque en esa hipot\u00e9tica casa, es cierto, la sensaci\u00f3n de vac\u00edo no desaparecer\u00eda del todo. Sin dudas se trata de un resabio rom\u00e1ntico, pero el libro en papel sigue siendo un objeto (su textura, su olor, el color y el dise\u00f1o de las tapas) dif\u00edcil de mejorar, bastante m\u00e1s amigable y c\u00e1lido, y muchas veces incluso m\u00e1s bello que cualquier pantalla t\u00e1ctil. Punto, entonces, para el libro en papel. \u00bfY qu\u00e9 pasa con los viajes? Ac\u00e1 no hay dudas: si uno tiene que tomarse un avi\u00f3n, punto para el libro electr\u00f3nico, que en apenas unos cientos de gramos es capaz de contener bibliotecas enteras. Aunque si se trata de viajes cortos, en colectivo, subte o tren, lo cierto es que es m\u00e1s durable y menos arriesgado leer un libro impreso: si se cae no se rompe, si llueve se moja pero no se arruina, y no creo que nadie se desespere por robarnos. Punto para el libro en papel. (Aunque se trate de un punto discutible: parece que en Inglaterra los \u00edndices de lectura infantiles est\u00e1 cayendo porque\u00a0a los chicos les da verg\u00fcenza leer libros en papel).<\/p>\n

\u00bfEl precio? En muchos casos no hay diferencias significativas, pero en general son m\u00e1s baratas las descargas de archivos electr\u00f3nicos, y los cl\u00e1sicos circulan de forma completamente gratuita: punto para el libro electr\u00f3nico. \u00bfY qu\u00e9 pasa con los pr\u00e9stamos? En este caso es igual: uno puede prestar un libro en papel como puede compartir un archivo digital con cualquiera. Tambi\u00e9n juega a favor de los nuevos dispositivos de lectura el argumento ecol\u00f3gico; menos libros impresos significa menos bosques talados. Pero hay un punto m\u00e1s a favor del papel: todo el que tenga una biblioteca f\u00edsica podr\u00e1 estar seguro de que los libros estar\u00e1n, siempre, ah\u00ed donde se los dej\u00f3 por \u00faltima vez. No pueden decir lo mismo los due\u00f1os de libros electr\u00f3nicos. Las empresas licenciatarias tienen acceso a todos los archivos contenidos en estos aparatos, y pueden manipularlos a su antojo, sin pedir permiso (adem\u00e1s de intervenir las pantallas con publicidad no solicitada). Punto para el papel.<\/p>\n

El libro en papel sigue siendo un objeto dif\u00edcil de mejorar, bastante m\u00e1s amigable y c\u00e1lido, y muchas veces incluso m\u00e1s bello que cualquier pantalla t\u00e1ctil<\/p>\n

Pero hay un detalle fundamental que no hab\u00eda sido discutido hasta ahora (porque a nadie le resulta simp\u00e1tico pensar en la desaparici\u00f3n f\u00edsica), y es el de qu\u00e9 sucede con los librosdespu\u00e9s de la muerte.\u00a0Todo empez\u00f3 con un reclamo que le hiciera\u00a0el actor Bruce Willis a Apple\u00a0porque estaba pensando en legarle a sus hijos, despu\u00e9s de muerto, la inmensa colecci\u00f3n digital de m\u00fasica que ven\u00eda comprando (cosa que el contrato en letra chica, al parecer, no permite). Y lo mismo suceder\u00eda con cualquier otro archivo electr\u00f3nico: los libros, por caso. Amazon, uno de los mayores vendedores de libros electr\u00f3nicos del mundo, explica: “salvo que se indique lo contrario, [el usuario] no podr\u00e1 vender, alquilar, distribuir, emitir, otorgar sublicencias, ni de alg\u00fan otro modo asignar ning\u00fan derecho sobre el Contenido Digital o parte del mismo a terceros”. Como\u00a0se discut\u00eda ayer en el diario El Pa\u00eds de Espa\u00f1a\u00a0, al parecer “uno ya no compra cosas, s\u00f3lo el derecho a usarlas”.<\/p>\n

Es un debate que reci\u00e9n comienza, y que podr\u00eda parecer ocioso en un contexto donde, seg\u00fan\u00a0los \u00edndices de lectura oficiales\u00a0, el 41 por ciento de la poblaci\u00f3n no lee siquiera un libro al a\u00f1o. O donde la penetraci\u00f3n de la lectura a trav\u00e9s de sistemas digitales es casi inexistente\u00a0. Pero tal vez sea un buen tema para pensar esta semana, cuando en la ciudad sucede la cuarta edici\u00f3n del\u00a0Festival de Literatura de Buenos Aires (FILBA)\u00a0. De lo que no quedan dudas es de que se trata de un punto a favor de los libros en papel: despu\u00e9s de la muerte, la potencialidad de esos textos perdura, sigue estando ah\u00ed. En el mejor de los casos, esperando a que alguien se la dispute para volver a leerlos y disfrutarlos. Incluso para regalarlos, repartirlos, donarlos. En el peor, para que alg\u00fan heredero ocioso pueda hacerse de alg\u00fan dinero extra. No importa: quien los compre, de a uno o en lote, volver\u00e1 a ponerlos en circulaci\u00f3n. La discusi\u00f3n queda abierta.<\/p>\n

Por\u00a0Maximiliano Tomas<\/strong><\/a>\u00a0|\u00a0Art\u00edculo de l
\n<\/a>a LA NACION<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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